La cárcel separará a la Familia Real

En un loable ejemplo de transparencia informativa, el Departamento de Comunicación de Casa Real y su responsable Javier Ayuso -uno de sus mejores fichajes- informó, hace una semana, el plan previsto para las vacaciones reales. La reina doña Sofía, al regreso de Londres, se reuniría, en Marivent, con sus hijas Elena y Cristina y seis de los ocho nietos: Felipe Froilán, Victoria Federica, Juan, Pablo, Miguel e Irene, como así sucedió. 

Pero, contra todo pronóstico, la duquesa de Palma, cuya vida afectiva «bascula más que el Ibex», según mi querida Consuelo Font, decidió, por sorpresa y en el último momento, no acudir a Marivent. Se limitó a enviar a sus cuatro retoños mientras ella se quedaba con su marido Iñaki Urdangarin en Barcelona, en el palacete de la infamia de Pedralbes. Se ignora qué había podido pasar. 

Tolstoi escribió que todas las familias felices se parecen, pero cada familia desdichada lo es a su manera. No hay duda que lo que queda de la Familia Real no está siendo el ejemplo que se podía esperar de ella. Cristina, al negarse a acudir a Mallorca, ha decidido seguir a su esposo para su bien o para su mal, en la suerte o la desgracia hasta que la muerte ó la cárcel les separe. 
Pero aún quedaba otra desagradable sorpresa. Aunque estaba previsto que los cuatro hijos de Iñaki se quedaran en «el maldito Marivent» con su abuela y sus primos, sus padres decidieron el inmediato regreso de los niños a Barcelona para iniciar unas vacaciones en familia como si no pasara nada. 

Ello ha impedido que coincidieran con sus primitas Leonor y Sofía, como era deseo de doña Sofía, aunque, a lo peor, no el de Letizia. A las criaturitas sólo les dio tiempo a un paseo en el Sumni, hasta la isla de Cabrera, recordando otros tiempos felices. 
¿La víctima inocente de esa situación?: Doña Sofía, sufridora esposa, sufridora madre y, ahora, sufridora abuela. Cuesta escribirlo, pero nuestra Familia Real, al igual que otras muchas, se ha convertido en el lugar de todos los problemas de la sociedad: la casa de retiro de la mujer a la que se le impide disfrutar de su bienestar como madre, presidio del padre de familia y el infierno de los hijos, que dijo alguien.

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