Barcelona veterana en celebrar muchos actos a la misma hora
Noche de preludio. Sant Jordi ya estaba ahí, y los meteorólogos ejercían, como cada año, de buenos o malos agoreros del devenir de un día que tiene en los libros la receta del éxito. La fiesta de los Premios Continuarà dio el tradicional pistoletazo de salida de la fiesta. Pero antes, y como el mundo sigue funcionando antes y después de que las rosas florezcan y marchiten, hubo una charla en el mirador del CCCB entre Mark Z.
Danielewski y Javier Blánquez. Un diálogo semiimprovisado. Ellos los llaman temas "triviales": los gatos, el paso de Danielewski por Barcelona a principios de los 70 y algo menos trivial como la obra del autor de La casa de hojas, considerada la primera obra experimental del nuevo milenio por The New York Times, que es como decir que te ha bendecido el Papa Ratzinger con un ligero toque de Harold Bloom. Una conversación muy bien conducida por Javier Blánquez, que hizo las delicias de los presentes.
Y como esta ciudad es especialista en montar muchos actos a la misma hora y dejar desierto de eventos otros días no menos especiales, a la misma hora, en el hotel Casa Fuster, se dieron los premios Continuarà 2014. Fueron muchos los premiados, y se oyeron poco sus discursos. No pasa nada. Cuando te dan un premio lo importante es el premio y el discurso lo de menos. Por suerte no hubo dedicatoria ni a las madres, ni a los padres, ni a los hijos, ni al Espíritu Santo mientras los invitados se dedicaban a agruparse y desagruparse como glóbulos rojos y blancos en un sistema linfático cultural bombardeado constantemente de neovirus wertianos.
Algunos de los galardonados fueron Roca Editorial, Albert Soler, Almudena Grandes, la Agencia EFE, o la compañía Dagoll Dagom, por sus 40 años de vida. Sí. Han pasado casi 40 años desde que Dagoll Dagom hechizó a los infantes con su Antaviana. Pero si hubo un premio especial fue para el suplemento Tendències. Perdonen si barro para casa pero Leticia Blanco, Vanessa Graell y el director de El Mundo de Cataluña Álex Sàlmon merecen un premio como el Continuarà 2014 por un suplemento que trata de mostrar todas las caras del poliedro de la cultura barcelonesa.
No podría cerrar esta crónica sin dar ánimos a Álex Sàlmon para que se presente al programa La Voz. Reconozco que aún no he sido capaz de distinguir la canción que cantó, en un intento de hacer callar al ruidoso público, tras recibir el premio con el micro agarrado en la mano como lo harían los crooners con derecho a cantar en el futuro centro lúdico Barcelona World. Fue un momento inesperado, y por inesperado, curioso, aunque hubo gente que se escondió en la nevera en la que se guardaban celosamente las botellas de cerveza Moritz. Los tímidos son así. Felicidades Álex por el premio al suplemento y por esa voz que Dios te ha dado.
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