La fábula del Greco algo inolvidable
Alguien se habrá quedadocon la imagen de un cuadro misterioso como La Fábula de El Greco en la Galería Nacional de Escocia o con uno de los mensajes «revolucionarios» de Ian Hamilton Finlay. Un turista americano afirma que recordará por mucho tiempo la hipnótica sensación que le produjo contemplar al pintor japonés zen, Hamano, realizando una de sus obras.
Fue a ver la exposición y se encontró con el maestro en plena creatividad. Puede parecer increíble, pero hay gente que sólo viene al festival de Edimburgo por las grandes fiestas que se montan. La más sonada este año fue la organizada por la cerveza Pilsner Urkuell como patrocinadores de la sección Música y Cine del festival cinematográfico. Se celebró en la iglesia victoriana desacralizada de Bellevue que aún conserva impresionantes pinturas prerrafaelistas. Jim, el director adjunto de la filmoteca de Glasgow cuenta que para él este festival es la aparición de Annie Lennox en la película Eduardo II de Dereck Jarman.
Acaban de separarse el rey y su amante cuando de pronto surge y canta la canción de Cole Porter Every time we say good bye. Un escalofrío. Jarman tuvo un enorme éxito en su clase magistral y no sería nada extraño que a más de uno le hubiese cambiado su vida después de oírle hablar con tanta franqueza sobre sexo y libertad. Y después está siempre la presencia física de Edimburgo. Cuántas veces se ha pensado durante estas tres semanas si hubiese sido mejor quedarse dando una vuelta explorando la ciudad en vez de encerrarse en un teatro.
En alguna ocasión se podían hacer las dos cosas al rnismo tiempo como con la representación de la tragicomedia de Shapeskeare Kymbeline en Calton Hill, estar sentado en una tumbona, teniendo como fondo las inacabadas columnas del templo neoclásico dedicado a Waterloo, además de otros monumentos de la época y de un cielo amenazador para dar el ambiente justo. 0 incluso aún mejor, cogerse un barco por la ría del Forth al anochecer y oír un concierto de jazz viendo el Forth Bridge iluminado.
Para los amantes de la ópera no será el Bolshoi o el Kirov lo que recuerden sino algún cuadro de la Gran Scena Opera, posiblemente en un pasaje de Lakme de Delibes con Mme. Vera GalupeBorszkh haciendo alguna locura. Durante la segunda semana del festival el mundo tuvo puestos los ojos en Rusia. Una parte importante de su bagaje cultural estaba precisamente en Edimburgo. Aunque el Requiem de Mozart por la Filarmónica de Leningrado representó lo más solemne, fue le grupo de jóvenes Balalaikas del pueblo ucraniano de Voronezh tocando en una plaza lo que se ganó al público. Hay más de un espectador que no puede remediar ir a por carnaza cuando va al teatro y eso es lo único que encontró viendo Zun del Teatr Ekspresji compuesto por media docena de esculturistas polacos haciendo numeritos porno blandos.
Si se pudiera dar un premio a la mujer más carismática del festival, sin duda la ganadora sería Louise Lecavalier, bailarina del grupo La La La Human Steps, con un atractivo sexual fuera de serie. Tampoco dejaron indiferentes los actores de Bad aunque sólo fuera por el morbo del delincuente domesticado. Anne, francesa de 23 años alcanzó su momento álgido en el Royal Botanical Gardens al atardecer, después de ver una exposición de dibujos de rosas. Nunca había estado en un lugar tan fantástico.
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